martes, 1 de octubre de 2013

Hace casi 13 años comencé la fascinante aventura de ser madre, 6 años después repetí la experiencia. Aunque intento hacerlo lo mejor posible, sé que no soy perfecta, ni mucho menos, nadie lo es. Pero lo que sí es cierto es que mis hijas son el motor que mueven mi vida, el centro de mi universo. Con ellas he aprendido a ver la vida con otros ojos, con ojos de niña, la niña que un día fui.

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